La localidad patagónica pasada por alto, un remanso de tranquilidad y paz

Explorando Villa Lago Meliquina: Un Tesoro Escondido en la Patagonia Argentina

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Enclavada en la majestuosa Patagonia, cerca de San Martín de los Andes, Villa Lago Meliquina se presenta como un escondite patagónico, fundido entre montañas y en completa armonía con su entorno natural. Este destino, un auténtico oasis de calma, brinda un escenario idílico para el descanso y la comunión con la naturaleza.

El significado de Meliquina, de raíces mapuches, que traduce “cuatro puntas”, describe de manera acertada este encantador pueblo montañés integrado en el Corredor de los Lagos. Escoltado por la grandiosa cordillera neuquina, Meliquina se sitúa en un punto singular donde convergen el lago y río homónimos, junto a bosques autóctonos, creando un paisaje de una belleza inigualable.

El Lago Meliquina alberga diversas playas extensas y atractivas, como la Central, Punta del Lago y la Península, que ofrecen ocasiones para nadar, practicar kitesurf y pescar, en un entorno apacible rodeado por bosques nativos y montañas que resguardan las apacibles aguas del lago.

La localidad misma es un modelo de sostenibilidad y preservación. Con un compromiso sólido hacia la conservación del entorno, la mayoría de las viviendas en Meliquina emplean energía eólica y promueven la iniciativa de “basura cero”.

Los turistas hallarán una extensa variedad de alternativas de hospedaje, desde hoteles de cuatro estrellas y lodges hasta complejos de cabañas, que satisfacen diversos gustos y necesidades. Los restaurantes locales invitan a disfrutar de exquisitos platos regionales, enriqueciendo la experiencia de aquellos que buscan sumergirse en la cultura y naturaleza de este rincón patagónico.

El Lago Meliquina surge en la desembocadura del Río Hermoso. Para llegar, es preciso tomar la Ruta 40, o la senda de los Siete Lagos, en dirección a Villa la Angostura, y a tan solo unos 25 km aparece la Ruta 63, en el punto donde la Gendarmería Nacional tiene un puesto. Tras recorrer unos cuatro kilómetros por camino de ripio, y a mano izquierda, tomar la vía que lleva a la cabecera del lago, unos 600 metros en descenso.