Las extensas costas chilenas cuentan con una variedad de playas para todos los gustos. Durante el verano, muchas de ellas suelen estar abarrotadas de personas que disfrutan de sus vacaciones, especialmente los fines de semana. Sin embargo, aún existen algunas playas solitarias y prácticamente intactas que no han sido alcanzadas por el turismo masivo.
A solo 45 kilómetros de las playas de Reñaca, en Puchuncaví, Región de Valparaíso, se encuentra una de las playas más impresionantes de Chile en términos de belleza natural. Aquellos que la han visitado aseguran que parece sacada de una escena de Jurassic Park. Esta playa se llama Quilliruca y se puede llegar a ella a través de un camino específico o caminando 4 kilómetros por la orilla desde Caleta Horcón.
Quilliruca se caracteriza por su arena fina de color oscuro mezclada con restos de conchillas. Tiene suaves olas y es ideal para acampar, hacer picnics y bucear bajo la supervisión de expertos y con un cuidado extremo para proteger el entorno natural. Impresionantes acantilados rodean esta playa, preservando su estado natural. Estos acantilados forman una bahía prácticamente virgen que alberga una gran cantidad de especies animales.
Esta hermosa playa es un refugio para más de 8,000 aves migratorias. En sus arenas, es común ver a los chungungos, la única colonia de nutrias marinas en esta parte del litoral central. Además, sobre los acantilados crecen decenas de bellotos del norte, una especie protegida en peligro de extinción, que conforman el bosque más cercano a la costa en la zona central de Chile.
En esta parte de la costa chilena también se pueden encontrar zorros, lobos marinos y una colonia de 12 nutrias marinas o chungungos que se desplazan por esta playa casi virgen.
Además, en los acantilados es posible encontrar fósiles de vertebrados e invertebrados marinos, como moldes de bivalvos de épocas prehistóricas.